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Medellín necesita una política pública clara y una inversión ambiciosa para enfrentar la emergencia climática.
Foto: Dagrd
La muerte de dos personas atrapadas en un vehículo por culpa de las inundaciones en Medellín no debió ocurrir. A los pocos días, otras 15 personas quedaron atrapadas de nuevo por culpa de las lluvias y el desbordamiento del río, aunque pudieron ser rescatadas por las autoridades. Ambos casos y las atemorizantes imágenes del río desbordado que circularon en redes sociales son tragedias que evidencian un olvido institucional y la falta de planificación sostenible en la capital de Antioquia. Más allá de los anuncios rimbombantes del alcalde Daniel Quintero, quien anunció un plan maestro cuando le queda poco tiempo en el cargo, lo que necesita el Valle de Aburrá es escuchar a los expertos y realizar intervenciones estructurales para evitar que a futuro la situación sea aun peor.
En un comunicado publicado por investigadores de la Universidad de Antioquia y la Universidad Nacional sede Medellín, el diagnóstico es claro: “No son sucesos aislados. Los problemas relacionados con el agua son permanentes en la ciudad. La deforestación, la urbanización y la falta de planeación territorial de Medellín han conducido a los desbordamientos y estragos causados por el río, un problema que no será solo del presente”. Como contó recientemente el periódico El Colombiano, “en 80 años desde que fue canalizado, el río Medellín solo recibió una intervención integral”. Esto ha creado las condiciones para un desastre: falta de infraestructura moderna, falta de mantenimiento adecuado y un crecimiento urbano que empeora las inundaciones del río Medellín.
Hablando con El Espectador, Jaime Ignacio Vélez, ingeniero civil de la Universidad Nacional, contó que “el problema es que cada vez se urbaniza en mayor cantidad y es más impermeable el territorio. Cuando la ciudad crece, todos los afluentes naturales se convierten en unos canales de cemento con un flujo más rápido. Eso hace que los caudales que llegan al río sean mayores”. Entonces, surge la pregunta necesaria para todas las alcaldías, incluyendo la actual: ¿por qué se permitió un crecimiento urbanístico por las laderas de la ciudad sin tener en cuenta la necesaria sostenibilidad? Y, ya que estamos en eso, ¿por qué el diseño y mantenimiento de la infraestructura vial, como el deprimido que cobró la vida de dos personas hace unos días, no funcionó como es debido para evitar las tragedias?
Hablando con Blu Radio, el alcalde Daniel Quintero habló de un plan maestro a 30 años y una inversión de $10 billones. Sin embargo, su preocupación es tardía. Como retoma El Colombiano, Camilo Quintero Giraldo, quien fue subsecretario de Medio Ambiente, dijo que en 2020 se pidieron $100.000 millones para gestionar las quebradas de la ciudad y lo que hizo la alcaldía fue desfinanciar ese rubro. Un error que se suma a una historia política de negligencia y viene de antes de la actual alcaldía.
Es necesario que este tema sea incluido en el debate electoral de este año, sobre todo porque la región necesita una política pública que resista ideologías. La emergencia climática sumada a una pésima planeación es la receta para el desastre.
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